Learn the natural progression of the birthchart on the basis of a seven-year rhythm per house. It is how a Bulgarian-Uruguayan astrologer managed to make dozens of warnings and predictions.
Todo se ha dicho y poco se ha logrado
marzo 30, 2023
Autor: David Bustamante S.
En astrología se han absuelto estudios estadísticos y desarrollado diferentes técnicas de pronóstico. Sin embargo, poco se ha logrado. He aquí un comentario sobre el rumbo de la astrología.
Comentario sobre el rumbo de la astrología
El hombre de la antigüedad no disponía de computadores u ordenadores ni de algoritmos ni televisores y permanecía ajeno a lo que sucediera en cualquier otra parte del globo. El futuro, para el hombre antiguo, era una noción demasiado incierta, de lo cual probablemente se desprenda su tendencia a la predicción como la función principal de la astrología cada vez que observaba el cielo. (Digamos principal, no exclusiva, pues no era la única, cosa que comparto con nuestra colega Soledad.) El hombre moderno, con el desarrollo de las tecnologías y las ciencias humanas y, en especial, de la psicología y de la psicología forense, se ha ocupado sobremanera de «predecir» tanto como de «describir» el individuo, su carácter o tendencias de la personalidad, y no son pocas las técnicas de pronóstico con las que contamos, ya fueran primarias o secundarias, objetivas o simbólicas, y cada quién emplea la que mejor domina como el médico cirujano el procedimiento quirúrgico que mejor controla y el matemático las ecuaciones que mejor aplica. Todas estas técnicas, desde la tradición y el Medioevo hasta el presente, tienen su utilidad o provecho, en mayor o menor grado, según el caso. También hemos desarrollado la teoría médica de la astrología e, incluso, la ahora de moda astrocartografía y mucho más, por no mencionar el eterno debate «determinismo versus libre albedrío» que desde siempre ha ocupado la mente de no solo astrólogos sino también de físicos teóricos y filósofos. Contamos también con el desvelo de las técnicas helenísticas gracias, en gran parte, a Project Hindsight y sus traducciones del griego, e igualmente con no pocas valoraciones o estudios estadísticos, entre los cuales destacan aquellos absueltos por Michel Gauquelin durante la década del setenta y parte del ochenta antes de su muerte en 1991.
¿Qué, entonces, le hace falta a la astrología o cuál debería ser su principal fin u objetivo hoy?, me preguntó un estudiante esta mañana cuando separó una sesión para, solamente, conversar. Le respondí que todo se ha dicho y hecho y que la misión principal debería ser unificarla con el fin de devolvérsela a las facultades de las universidades de prestigio del mundo en Latinoamérica y Europa. ¿Cómo podemos lograr esto? ¿Es necesario, primero, constatar el mecanismo de acción a través del cual los cuerpos celestes ejercen su influencia sobre la vida en la Tierra? No necesariamente, pues aun cuando la mecánica cuántica (de la que Einstein fue precursor con la publicación de su efecto fotoeléctrico en 1905) no podía explicarse por completo, sus efectos podían constatarse y asimismo el método, por lo que revolucionó las telecomunicaciones, dando rienda suelta a la era digital en la que hoy vivimos, surgiendo el primer teléfono móvil y la banda ancha, por no mencionar las pantallas plasma (gas ionizado que responde a campos eléctricos).
Los efectos del cosmos más próximo a nosotros, es decir, los del sistema solar, pueden ser constatados a estrecha semejanza de como lo lograra el astrónomo e ingeniero de radio John H. Nelson en 1954 (véase su artículo en RCA Review). Primero, sin embargo, será necesario corregir el sesgo estadístico característico de todos los experimentos absueltos hasta la fecha, especialmente por Gauquelin, Bastedo y McGervey, pues insisten en lanzar estudios estadísticos tomando como única variable un único emplazamiento en particular que, por lo mismo, siempre será común a decenas de miles de personas o acontecimientos. ¿Qué podríamos esperar de un estudio estadístico sobre las personas Aries o Tauro, es decir, de aquellas que tienen el sol en dichos signos? Absolutamente nada. ¿Qué podríamos esperar de un estudio estadístico de los páises con el Ascendente en un signo o en otro, o de las personas con Venus en Capricornio o en Sagitario, o cualquier otro planeta en cualquier otro signo en particular? Absolutamente nada. Si, no obstante, tomáramos como variable “Mercurio en Piscis como regente de la Casa 3 mientras, al mismo tiempo, el ASC es Capricornio y Saturno se haya conjunto a Mercurio en Piscis en trígono con Júpiter en Cáncer” para constatar si dicha configuración produce el mismo efecto en las 10 o 20 personas (o acontecimientos) que comparten dicha configuración o “secuencia genética/astrológica” en particular, entonces estaremos haciendo algo, logrando algo significativo. Mientras tanto, difícilmente.
Recordemos el experimento prefallido de Gauquelin durante la década del ochenta cuando pretendió determinar en cuántas cartas natales de criminales Marte aparecía en la Casa 8. Ciertamente, no encontró nada digno de mención y así lo confesó en su Relojes cósmicos (1967, págs. 141-142), pues cien criminales, como tampoco cien escritores, tienen una carta idéntica. En cualquier persona de cualquier oficio encontraremos a Marte en cualquier signo o Casa y aspecto. Muy pocos comprenden esta realidad (a Gauquelin le tomó unos años comprenderla para afinar su método) y por eso insisten en reducir la vida de una persona o la causa de un evento nacional o internacional a un único emplazamiento o aforismo en particular, desconociendo la síntesis de la que hablara Weiss (1926) y Zoltan Mason (1974) con base en los postulados de Morin de Villefranche (1661).
David Bustamante S.