Como con los demás cuerpos celestes, los datos proporcionados por la tradición coinciden sorprendentemente con sus propiedades astrofísicas y características astronómicas (si bien el caso más claro lo representa Urano, pues es el único planeta de nuestro sistema solar cuyo polo norte apunta directamente al sol, es decir, se haya totalmente volcado sobre un costado, haciendo de él un planeta particular, excéntrico o extraño, coincidiendo con las significaciones que le fueron atribuidas desde su descubrimiento). Saturno es el segundo y último de la segunda categoría de planetas, los exteriores, y constituye la antítesis de Júpiter desde muchos puntos de vista, pues mientras Júpiter es expansivo, Saturno contractivo. Aquel rige los tejidos densos, pero resistentes y flexibles (tendones), mientras Saturno los duros, propensos a romperse (osamenta y dientes). Por otra parte, mientras Júpiter rige la filosofía, Saturno los dogmas; mientras el primero esgrime el espíritu de la ley, el segundo la letra legal, es decir, su tenor literal; y mientras el primero piensa y reflexiona, y defiende, el segundo obedece y acusa. Ahora bien, siguen siendo dos gigantes gaseosos, razón por la cual las especificidades que siguen a continuación pueden resultar similares a las de Júpiter. Júpiter y Saturno representan los dos maestros espirituales de la experiencia humana en la Tierra.

Representa la concentración y la contracción y la disminución del calor, el retardo de los fenómenos de combustión y el entorpecimiento de las funciones metabólicas u orgánicas. Hablamos aquí de lentitud y circunspección, pero también de estabilidad y ascetismo, perseverancia y constancia y consistencia, inflexibilidad y estructuras físicas o sólidas. En este sentido, representa los muros o las murallas de las edificaciones tanto como de las mentales y socioeconómicas, pues, en términos generales, Saturno representa “lo que impide”, “retrasa” u “obstaculiza”, y de ahí que sea considerado por la tradición como el maléfico mayor, pero cuya enseñanza, siempre impuesta, es a todas luces e insistentemente necesaria, nos guste o disguste, pues constituye la pieza clave o fundamental de la educación de nuestro libre albedrío. Sin él, no existiría en la Tierra ni el orden ni el rigor ni mucho menos la disciplina. Concede, entonces, seriedad, responsabilidad, disciplina, rigor, pragmatismo, frialdad, taciturnidad, concentración, meditación y un temperamento básico triste o melancólico o pesimismo, pero también realismo, nunca la fantasía. A estos efectos corresponde la influencia atribuida a Saturno por la tradición, que también (según dicha fuente) acusa una oposición a la vida y la vivacidad y una inclinación a la soledad, la concentración, la reflexión, la precaución, la paciencia, la lógica, la economía, la temperancia y hasta la aversión a toda expansión en el dominio de los placeres sociales y de la felicidad mundana, teniendo, en ocasiones, que aprender a sonreír. En cualquier caso, concede una gran medida para todas las cosas, método y metodología, sobriedad, reserva, frugalidad, sentido del deber, verticalidad y rectitud. De mal estado cósmico puede producir sentimientos tan fríos e inescrupulosos y peligrosos como los que promueve Plutón y afianza Escorpio, tornándose particularmente perverso en la consecución del poder que disimuladamente amparan sus manipulaciones. Se trataría de un espíritu oscuro y desgraciado, ávaro hasta el hartazgo y enemigo de la verdad y del bien, corrupto y enfermo, intolerante y tiránico. En otras ocasiones, prometería pobreza y miseria, ruina o quiebra, la caída al precipicio, pues es el que nos paraliza y desmorona la vida y el tiempo, el planeta de las pruebas impuestas al hombre. Desde el punto de vista social, las estructuras de poder o el oficialismo, el Estado y la Fiscalía y la Procuraduría, la ley escrita, los códigos legales y la ciencia oficial, pues guarda relación con el método científico, el que exige paciencia y rigor. Físicamente, ejerce control sobre el oído, la piel y la osamenta y provoca la parálisis y el entorpecimiento metabólico o funcional.

Bustamante (55%), Weiss (40%), Alpherat (5%).