Como con los demás cuerpos celestes, los datos proporcionados por la tradición coinciden sorprendentemente con sus propiedades astrofísicas y características astronómicas (si bien el caso más claro lo representa Urano, pues es el único planeta de nuestro sistema solar cuyo polo norte apunta directamente al sol, es decir, se haya totalmente volcado sobre un costado, haciendo de él un planeta particular, excéntrico o extraño, coincidiendo con las significaciones que le fueron atribuidas desde su descubrimiento). Al igual que la Tierra, Marte presenta cuatro estaciones y es también caliente (al menos con relación a los planetas exteriores), pero particularmente reseco, cortante.

Representa la fuerza arrolladora representada por fuego, tanto en su carácter purificador, separador y creador del yo, como violentamente destructor. Marte es responsable de toda muerte debida a la fuerza bruta (desde la guerra hasta el asesinato). El instinto ciego  irreflexivo, primitivo o bestial, la entrega a merced de los sentidos y el derroche. La sangre hirviente, el hombre inferior (desenfreno, concupiscencia, pasión, violación, adulterio). Los escenarios de violencia y los lugares de fabricación de armas (arsenales, fábricas de la industria bélica, herrerías, fundiciones de metal, etcétera). En suma, la actividad ejecutante, la fuerza y la decisión, el movimiento súbito y cortante y la energía ígnea en todas sus formas. Concede, cuando bien logrado, reciedumbre de carácter y una voluntad que no se arredra ni acobarda ante nada ni nadie. Por lo mismo, un valor personal profundo, audacia para acometer cualquier empresa; también franqueza, actividad. De mal estado cósmico, sin embargo, impulsos torpes y violentos o bruscos, los actos temerarios e irreflexivos, los celos y el despotismo o la imposición y la arbitrariedad, la crudeza y la rudeza y la brutalidad, el espíritu de la venganza y la retribución inescrupulosa, la absoluta falta de finura espiritual y de sensibilidad. Desde el punto de vista social, todo trabajo activo, en especial aquellos que exigen movimiento y fuerza. Las ocupaciones vinculadas a la industria del hierro o afines y las carreras extremas o arriesgadas donde el coraje constituye una pieza fundamental o, al menos, la confianza en sí mismo y la precisión, como la de militar. Físicamente, controla todo el sistema muscular, los órganos sexuales externos (especialmente el miembro masculino), la nariz, la bilis. No debe olvidarse su influencia sobre las heridas, las operaciones quirúrgicas y las fiebres y todos los objetos cortopunzantes, desde el bisturí y la navaja hasta la espada.

Bustamante, Weiss, Alpherat.