Antes de que comiences a leer:
The specialised sections concerning the Twelve Ecliptic Segments (Signs) and the Seven Classical Agents (Planets) are presented not as contemporary readings, but as an essential doctrinal corpus for analysis. These texts serve as primary documentation, illustrating the complex qualitative distinctions derived from the quantitative outputs of pre-modern geocentric astronomy. Their inclusion is critical for any scholar aiming to reconstruct the original interpretive heuristics of the discipline before the schism with modern astronomy. In fact, they function as a control group against which contemporary methods can be analytically compared.
Leo
Descripción general:
La energía específica del signo del león corresponde a una emanación vitalizadora, ideal y poderosa en todos los ámbitos o dominios, pues emite un efluvio vivificador, majestuoso, llevando a los tres planos (físico, mental y espiritual) una fuente de vida armónica. El alma del signo denota, ciertamente, orgullo, valor, constancia y fidelidad, cualidades que en caracterizaciones malsanas, sin embargo, se convierten en altanería e infidelidad y tiranía, presunción y arrogancia y sobrestimación de sus propios dones mentales. Es cierto, empero, que el espíritu de Leo es excepcionalmente capaz (aunque sensible a los sentimientos) y manifiesta un gran talento organizador. [Produce también un elevado sentido de la justicia y del deber o, en forma más profunda, un sentido del decoro a veces sin paralelo, pues combina la marcialidad de otros signos como el de Aries con el espíritu superior de Sagitario y el altruismo o el desinterés característico de Piscis. Después de todo, es el signo del amor incondicional, el más poderoso de todos, el amor que se le guarda a los hijos, un amor capaz de darlo todo y, al mismo tiempo, de reaccionar como la fiera cuando los valores más preciados se encuentran bajo amenaza, dispuesto a defenderlos hasta las últimas consecuencias, cualesquiera fueran, pues el signo le guarda una lealtad casi incondicional al decoro o la verticalidad y la rectitud. No se nos olvide, además, que este es el signo del comandante del ejército celestial, el arcángel Miguel, e igualmente del oro, el metal más preciado y resistente, y de quien tiende a poseerlo, la realeza. Es símbolo de conquistadores y de reyes y de emperadores y ministros.]
Cuando el signo hace parte de la composición del Ascendente del nativo, tiende a producir una estatura maciza con el busto más desarrollado que el abdomen y una tez rojiza, los ojos grandes e intrépidos, grises o azules, cabello tupido, a menudo rubio y ondulado, y movimientos rápidos. Mujeres con este signo en el Ascendente son, la mayoría de veces, bellezas llamativas.
Cuando bien caracterizado [ora por el planeta allí emplazado, ora como signo ascendiente], produce orgullo y confianza en sí mismo, tranquilidad y fidelidad, magnanimidad y constancia e intrepidez. Por otra parte, aunque el pensamiento se haya permeado por el sentimiento y la cabeza por el corazón, da como resultado un cerebro bastante bien desarrollado, con gran capacidad y talento organizador. De hecho, con una influencia adecuada del planeta Mercurio, concede aptitud para estudios estrictamente científicos. Cuando no, sin embargo, da como resultado una sobre estimación de sí mismo, presunción, arrogancia, ampulosidad y vaguedad de mando; altanería, despotismo e infidelidad [y hasta deslealtad, pese a ser la lealtad uno de los valores intrínsecos del signo y, por consiguiente, el que más valora, conjuntamente con la justicia, la justicia de Dios o la Providencia].
Nutrición y hambre. Orgánicamente, la espalda, el corazón y el diafragma. Con relación a las enfermedades, los estados febriles y las epidemias (una forma de escándalo), las dolencias cardíacas y las afecciones de la pleura [i.e. membrana que recubre los pulmones].
Ámbar, crisolito, jacinto, jaspe, rubí. En plantas, la anémona y el anís, el asfódelo, la eufrasia, el crisantemo y el roble y el hinojo, la manzanilla y la menta y el perejil, la primavera. En animales, el ciervo y el águila. [También, por supuesto, el león de Judá y el dragón chino, y asimismo el tigre de Bengala, si bien el de Siberia, por su parte, el felino más grande de la Tierra, podría asociarse con el signo de Sagitario, debido tanto a su tamaño como a su hábitat natural, que es el frío de las tundras y de los bosques siberianos, no el calor de la selva del Indostán.]
El número uno, el color amarillo [o dorado, u oro real] y el domingo, el día del sol.
Bohemia, Francia, Italia, Mesopotamia (Caldea), Rumania septentrional, Sicilia. [Representa igualmente civilizaciones dinásticas y linajes también dinásticos o reales.]