Antes de que comiences a leer:
No existe tal cosa como “ser” un signo. El lector debe entender que no exponemos aquí la descripción de ninguna persona en particular. Tampoco de un conjunto de personas. Leo o Acuario, Virgo o Sagitario son solamente un signo o una constelación, según el caso, no una persona. Debido a que todos hemos nacido en la Tierra, todos contamos con diferentes dosis o proporciones de todos los doce signos. Es solamente el arreglo específico de nuestro mapa natal lo que nos distingue, algo así como nuestra secuencia astrográfica específica, a estrecha semejanza de una secuencia de ADN: únicas e irrepetibles, pues tampoco un mapa natal se repite antes de miles de años. Podrá entonces entender por qué somos 99.9% genéticamente idénticos (todos somos seres humanos). El 0.1% (secuencia) es lo que nos distingue. En astrología es exactamente igual, pues cualquier posición astrológica aislada (Júpiter en Leo, o nuestro signo solar, lunar o ascendiente, por ejemplo) es necesariamente común a miles de personas.
Le ofrecemos al público general el Zodiaco según el médico y astrólogo alemán Adolph Weiss (1924), quien, por su parte, se apoya, al menos en parte, en el célebre compilador francés Henri Selva (1897). [Entre corchetes] encontrarás información complementaria o aclaratoria por parte de Bustamante Segovia, editor del contenido.
Acuario
Descripción general:
La consigna del signo es la humanidad o el humanismo y promueve, al menos en caracterizaciones desarrolladas, precisión, concentración, profundidad y perseverancia insuperables, mientras que, cuando no, desconfianza y retiro exagerado y un intelecto ocupado o detenido en el mundo sensible o perceptible solamente, el de los hechos a simple vista, [con cierta tendencia a querer experimentar o probar cosas extrañas o a querer desmarcarse de los demás y de la moda de turno, o de la sociedad, mediante un falso sentido de originalidad desde el punto de vista aparencial, es decir, vistiéndose, tatuándose, peinándose o pintándose de un modo particular como expresión explícita de rebeldía o contradicción.]
Por otra parte, en el signo de Acuario (uno de los domicilios de Saturno) encontramos el predominio de la cualidad expansiva y vigorizante de «caliente» sobre la plasticidad de «húmedo» (véase física aristotélica). En este sentido, confiere la docilidad necesaria para someterse a la energía y a la forma [, confiriendo, además, el sentido revolucionario necesario para transformar o reformar lo que no compone beneficio o no promete progreso alguno], de donde se desprende su estrecha afinidad con [el humanismo y con] el principio de la espiritualidad que ilumina la personalidad con la luz del saber superior en todas sus gradaciones. Simboliza, en consecuencia, la preparación de la «palabra» en la humanidad con el fin de acercarla a la fuente de todo acaecer [, de liberarla a través del conocimiento, y de ahí que al signo lo represente el aguador, quien verte el elemento sobre la humanidad como símbolo de su liberación, liberación de las estructuras artificiosas del ego y su caracterización pedestre, vana].
En este sentido, sobre la energía inherente al signo prevalece el trascendentalismo y capacita al hombre para la espiritualización [o iluminación intelectual] más elevada, desde la simple síntesis de los conocimientos, pasando por las comunicaciones de la intuición, hasta las sublimes revelaciones del verdadero éxtasis. Es el signo del hombre perfecto [quiere decirse, del homo sapiens-sapiens u hombre moderno] y del genio. También el signo donde Saturno, [el planeta de las estructuras y las construcciones], y Urano, [el planeta de las invenciones y de la ingeniería más sofisticada], encuentran las mejores manifestaciones. De ahí que sea el signo del Zodiaco que más raramente se presenta como el signo ascendiente de los nativos [o como el signo que caracteriza la astrografía en términos generales o las condiciones de la primera casa y/o la posición del regente natal]. El carácter destaca por su bondad y su constancia, el equilibrio y la fidelidad [en la amistad, no necesariamente en el amor] y la cuidadosa selección de las amistades [uniones solidarias] e instintivo conocimiento de los hombres [comprensión del carácter y de la esencia de la especie].
Cuando el signo forma parte de la composición del Ascendente, produce una estatura mediana, formas armoniosas y llenas; tez clara y fina, ojos azules u oscuros, cabello castaño, rojizo o rubio dorado, cara ovalada, oblonga; a menudo, defectos de la dentadura. Las mujeres de su signatura son bellezas llamativas.
Cuando bien logrado, constancia y bondad y un temperamento equilibrado, pero sagaz, y particularmente fiel a las amistades, las que nunca se traban precipitadamente. También guarda tendencia a conceder un instintivo acierto para el juicio, para juzgar el carácter verdadero o esencial de los demás [este es un signo clarividente, pero de la clarividencia intelectual, dígase, con una clara tendencia racionalista o intelectualoide que la desmarca de la clarividencia de Piscis y de Sagitario, pues la de estos tiende a ser puramente intuitiva o mediúmnica u onírica. De ahí que sea un signo estrictamente neurológico y que] proporcione un decidido don de razonamiento inductivo. Por otro lado, también concentración, profundidad y perseverancia del espíritu, un pensamiento original y la intuición y el conocimiento relámpagos [conocimiento que sobreviene súbitamente]. Cuando mal logrado, sin embargo, la capacidad mental se reduce a aquello que puede verse a simple vista solamente, no pudiendo ver más allá de los hechos, y se vuelve algo chisporroteante e irisada, [atractiva por parecer exótica] pero hueca [hasta repugnar].
En funciones vitales, la actividad neuronal (mental). En órganos, [el torrente sanguíneo o la oxigenación o la revitalización desde el punto de vista nervioso, de los pulsos eléctricos, y] las piernas y tobillos. En enfermedades, las convulsiones (epilepsia), [entre otros trastornos de orden nervioso o neurológico.]
Cristal, obsidiana [vidrio volcánico, rico en óxidos silícicos], perla negra, zafiro; plomo, uranio. En plantas, cambrón, mira, nardo e incienso. En animales, el cordero y el pavo real [y el dragón o su clarividencia].
[También los cetáceos odontocetos y, en especial, la orca, cuya inteligencia asombra y se desmarca, incluso, de la de los primates, los elefantes y, en algunos casos, de hasta el mono más sofisticado o evolucionado: el hombre. Me explico. El cerebro de los delfines y las orcas es considerablemente más grande que el del ser humano, y existe una relación entre el tamaño del cerebro y el nivel de la inteligencia, y todavía más desde el punto de vista del tamaño del cerebro con relación al tamaño del cuerpo. De ahí que los científicos acuñaran un coeficiente adicional que mide el tamaño del cerebro con relación al tamaño del cuerpo. El primer lugar lo ocupa el hombre; le sigue el delfín y después la orca. Ahora bien, cuando de «girificación» se trata (pliegues de la corteza cerebral y su grosor, lo cual guarda relación con la capacidad para procesar una gran variedad de información rápida y simultáneamente), esta es considerablemente superior en las orcas (e igualmente en las mujeres). A mayor girificación, mayor velocidad sináptica (comunicación o transmisión neuronal). En humanos, la girifación es de 2.2 (y mayor en las mujeres). En delfines, de 5.6. En orcas, de 5.7. Esta es también la única especie consciente de su propia existencia (una característica distintiva de los seres pensantes), y a ello se suma la sorprendente variedad de vocalizaciones (sonidos) que son capaces de producir, constatándose un sistema de comunicación particularmente complejo, como el de los humanos. Los científicos han sostenido que se trata de la única especie no humana del planeta con una cultura. Las orcas bien podrían personificar el emplazamiento de Urano en Piscis o de Neptuno en Acuario, presentándose como una especie intelectualmente clarividente. ¿De qué otro manera sabrían, por ejemplo, que volteando un tiburón bocarriba, este se duerme (como si estuviera sedado), evitando tener que matarlo para defenderse?]
El número dos, el color negro y todos los colores oscuros. El sábado, día de Saturno.
Abisinia, Arabia, Piamonte, Prusia, Rusia roja, Suecia, Tartaria. [En especial, países desarrollados y, al mismo tiempo, tecnológicos, como Estados Unidos.]