Como con los demás cuerpos celestes, los datos proporcionados por la tradición coinciden sorprendentemente con sus propiedades astrofísicas y características astronómicas (si bien el caso más claro lo representa Urano, pues es el único planeta de nuestro sistema solar cuyo polo norte apunta directamente al sol, es decir, se haya totalmente volcado sobre un costado, haciendo de él un planeta particular, excéntrico o extraño, coincidiendo con las significaciones que le fueron atribuidas desde su descubrimiento). A diferencia de todos los demás planetas, Venus no presenta estaciones, pues el planeta no presenta inclinación alguna con relación al plano de la eclíptica, por lo que el clima, aunque caliente, es particularmente estable, permaneciendo igual a lo largo de los años.

Representa entonces la armonía y la estabilidad y la proporción de las formas, el equilibrio y la ponderación, la ecuanimidad y la uniformidad, incluso, las glándulas pares como los riñones, quienes regulan la presión arterial y contribuyen a la homeostasis del organismo en general. Debido a su estrecha relación con los equilibrios o los tratos iguales, representa también las relaciones recíprocas y, por consiguiente, el amor que inspira los contratos matrimoniales, pero también la capacidad para amar (conjuntamente con el sol). En suma, es proclive a la conciliación y la reconciliación, las relaciones dialécticas y/o recíprocas, al igual que su signo, Libra, fomentando entonces la entrega pasiva, el carácter dócil, capaz de ablandar y calmar amigablemente cualquier rigidez. Venus no reconoce el odio ni sabe engendrarlo, es decir, no sabe odiar (Bustamante). Concede entonces disposición natural para las bellas artes, la música, el canto, la poesía y una sutilidad, finura o gracia del espíritu que agrada y apacigua y unifica. Es el poder que elimina todas las diferencias y establece el amor en todas sus variantes. De mal estado cósmico, sin embargo, carece de integridad moral y modales e incurre en excesos sensuales de toda índole, en vanidad y gustos depravados y un retorcido sentido de la belleza o el arte, u oscuro. También promueve el interés en un medio ambiente inferior y en diversiones vulgares, además suprimir o menoscabar la capacidad para sentir o experimentar amor verdadero, tornándose libertino y voluptuoso, perverso, desordenado y negligente. Señalaría entonces una promiscuidad irresponsable o infidelidad recurrente. En este sentido, representa, desde la mujer divina o Afrodita, pasando por la Eva cándida, hasta la ramera y la medianera. Quizá desde el punto de vista de los accesorios o la decoración, todo adorno de la vida cotidiana (flores, alhajas, cosméticos, etc.) y los lugares destinados al goce y la diversión, desde la sala de baile hasta el prostíbulo. Desde el punto de vista social, es frecuente destacar en poetas y músicos, pintores y artistas en general (incluso en deporte), y guarda tendencia a la perfumería y las casas de belleza, el lujo y la moda. Físicamente, gobierna la agudeza de los sentidos (el gusto y el olfato), los órganos de la sensualidad, los senos, los ovarios, la garganta, el paladar. También ejerce influencia sobre la circulación venosa.

Bustamante, Weiss, Alpherat.