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Deborah Houlding, Chris Brennan y los signos «enteros»
febrero 20, 2023
Autor: David Bustamante S.
Quizá no importe tanto determinar si este modelo de carta existió o no en la antigüedad, sino si realmente es efectivo durante el ejercicio interpretativo.
Recientemente tomó lugar una discusión entre el académico y astrólogo estadounidense Chris Brennan y la también académica y astróloga británica Deborah Houlding sobre los modelos de «Casas» que los astrólogos empleamos a los fines de determinar la posición de los planetas, ya no con relación al cielo o los signos (eclíptica), sino con relación a la superficie terrestre (latitud, longitud).
Chris y otros sostienen que Deborah ha afirmado que el modelo de «signos enteros» (rescatado de la tradición helenística, es decir, del periodo alejandrino) nunca hizo parte de la metodología de los antiguos. Aunque no estoy seguro de que Deborah haya sostenido tal cosa, aquello constituye un hecho: los «signos enteros» fueron empleados por los antiguos. Negarlo no sería otra cosa que necedad en virtud de una evidencia que resulta nada menos que abrumadora, provista también por varios otros académicos y/o astrólogos desde el siglo XX hasta el presente, no solamente por Brennan.
Lo que, por mi parte, creo admite debate, es si dicho modelo constituye un sistema de Casas propiamente dicho, entendiendo estas como las doce divisiones de diferentes longitudes sobre la superficie terrestre con relación a la eclíptica, dando lugar a las cúspide de Casas (dos planos superpuestos). Debido a que los «signos enteros» no distinguen las cúspides, difícilmente podríamos considerarlo un modelo de Casas, sino una manera de prescindir de ellas, independientemente tanto de su utilidad o provecho como de si los antiguos emplearon el mismo vocablo («Zoidia») para referirse tanto a Casa como a signo (he aquí una de las pruebas, aunque lingüística, del modelo de «signos enteros»).
La discusión debería girar en torno a la precisión o la utilidad de este (presunto) modelo, no a si existió o no, pues de esto no debería haber duda, y aun si la hubiera, es decir, aun si dicho sistema o modelo no hubiera existido en la antigüedad, existe ahora. El debate debe centrarse en la práctica, no en la teoría (salvo, por supuesto, seamos historiadores, no astrólogos).