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El Zodiaco a través de la literatura: diálogo entre Géminis y Sagitario
noviembre 1, 2023
Autor: David Bustamante S.
Conoce la idiosincrasia de Géminis y de Sagitario a través de la poesía en prosa. ¿Pudiera esto convertirse en el método de enseñanza natural de los símbolos astrológicos?
Géminis sostenía un cigarrillo entre los dedos de una mano y llevaba una botella de Chardonnay en la otra cuando reconoció a Sagitario sobre la acera contraria. Este, por su parte, intentando encender el puro habano mientras se ajustaba el bohemio, aparentemente también cubano. Géminis, sin pensarlo mucho, decidió cruzar la calle, que no era de mucha amplitud, rápidamente antes de que Sagitario tomara la avenida rumbo al país vecino y no lo volviera a ver en doce meses o más. Le advirtió algo que en una tertulia pasada había olvidado agregar cuando discutían qué planeta del sistema solar sería su verdadero patrón o amo:
“Puedo hacer al sol producir una verborrea que estimula la evasión y el timo, el subterfugio y el juego, la mentira y la estafa, la artimaña y la manipulación, y que si hoy lo hago besar el látigo que lo esclaviza, mañana podría hacerlo entronar himnos de libertad. Para mí, lo que conocemos como «verdad» no es sino una moneda de cambio reducida a la fragilidad de una cáscara, quizás brillante y coloreada por banderas, carteles y consignas, pero vacía de contenido y, por lo mismo, no creo en ella; para mí siempre será relativa. Ahora bien, llamo las cosas por su nombre, salvo cuando no me conviene, y en el proceso tiendo, sin darme mucha cuenta de ello, a hablar sin conocer y a comenzar a describir el bosque antes de examinarlo, una por una, las especies y los vegetales, habida cuenta de mi ansiedad característica, pues no tengo ni la voluntad ni la paciencia que la sabiduría exige: me siento más cómodo andándome por las superficies, a cuya tendencia le debo mi gran reserva de información, quiero decir, mi banco de datos.”
Le respondió Sagitario:
“Bendiga el supremo el banco de datos del que dispones y las numerosas consultas que a tantos absuelve, mas por esa única teja que no deseas remediar y de la cual te enorgulleces entraría el huracán de Júpiter, quiero decir, el golpe de verdad que los vientos de mi planeta asestan; no la mera, peligrosa y molesta repetición de fragmentos, afirmaciones desconectadas de sus mismas condiciones de vida, ideas inertes o estériles debido a una clara falta de amor por la verdad que las amalgama y hace cobrar sentido. Soy quien puede señalarte cómo es que, con elocuencia o prodigio, defiendes tu ignorancia recurriendo al ardid banal de las manipulaciones y falsificaciones, una doble vara de medir, dígase, halando siempre la razón para su lado con balas, no de acero ni de madera, sino de papel.”
Contestó Géminis:
“Vale, vale. ¿Y serían vuestras funciones tan productivas como las mías, o superiores?, pues mi maleabilidad y especulación, que sé tú también compartes a pesar de los esfuerzos por disimularlo, ha sido responsable de no pocos éxitos del razonamiento de índole financiera en el mercado bursátil, los que la aritmética de Virgo y toda su ingeniería no pueden hacer posible, por no mencionar las hipótesis que a la física teórica he proporcionado. ¿O no has visto a Mercurio o a Urano operar en mi morada?”
Replicó Sagitario:
“Superiores, no lo sé, pero sí más elaboradamente profundas, pues mi turno sobreviene cuando se agota el de Escorpio y con mis brisas distribuyo o disemino las semillas que más adelante harán brotar la vida. A diferencia de la ignición de Aries y la intensidad de Leo, represento la propagación del fuego, de cuyas funciones estáis ya enterado, pues de la trilogía del fuego soy el único con dosis de humedad y, por lo mismo, el único capaz de enarbolar una magia efervescente. Me han atribuido tanto epopeyas de liberación como trincheras de ideas que fueron más poderosas que trincheras de piedras. Rijo el proceso ascensional de índole moral del hombre en la Tierra y la orgía de las especulaciones producto de la mayéutica de Sócrates. Hago posible la razón que nos permite entender, entre otras cosas, que el voto es un derecho que se deja ir en el instante en que se sufraga y que el sufragio se encuentra en mora de la aparición del Ensayo sobre la lucidez saramaguino en todas las sociedades occidentales. Hago posible la imaginación como ejercicio de la libertad, lo mismo democrática como filosófica, y represento el espíritu de la ley que invalida las aplicaciones mecánicas de los códigos por parte de quienes están llamados a administrar justicia, que valga la pena aclarar, de ella la ley no es sinónimo, sino solamente una aproximación más bien distante o lejana. De ahí la necesidad jurisprudencial de mi señor.”
Preguntó Géminis:
“¿No se te ocurre que también yo podría tener luces, ora filosóficas, ora literarias? ¿Sabéis cuántos nacimientos he presidido, lo mismo al crisol del sol como a la luz del signo ascendiente?”
Reconoció Sagitario:
“Sin duda has sido responsable de no pocos talentos, pues versátil sí eres, no solamente elocuente, como la Commedia de Aliguieri, pero mientras tú haces posible la prosa o la teoría, y quizá también su elegancia, yo el espíritu literario de García Márquez, su realismo mágico, y el alma de la pedagogía freiriana-hostosiana. En suma, una lógica contraria al fósil bajo cuyos estrechos márgenes de la de teoría de Capricornio se encuentran las ideas de Saturno, y más compleja que la vuestra, pues se remonta a la prosa de Cervantes Saavedra. Así, pues, excusándoseme un poco de braggadocio, llevo el conocimiento al puerto de su salvación y le proporciono al caballero andante la sabiduría que demuestra la invalidez del prejuicio, la que suple la inexperiencia que una inagotable y parnasiana arteria poética compensa, pues sigo enseñando, como enseñó Freire, que la cultura es el muñeco hecho de barro por los artistas de su pueblo o, a fin de cuentas, toda creación humana que tenga como fin u objetivo extender las fronteras de la conciencia. Soy la síntesis proteínica de la historia cultural del hombre. Sin duda es Júpiter mi dueño y señor, nunca el sol.”
Reconoció también Géminis:
“Me temo que, mientras bien podréis producir los grandes grupos musculares que fraguan la historia del pensamiento, Renacimiento, Ilustración y Barroco incluidos, sería yo el responsable de vuestra sinapsis. Nadie más. Si bien no hay manipulación alguna sin ella, tampoco ideas. Soy entonces la red neuronal de toda tu ideología, de toda tu filosofía. Mercurio es mi maestro; Urano su asesor superior.”
Aconsejó Sagitario:
“Mas no olvidéis las palabras de Rabindranath Tagore, el Premio Nobel de Literatura de cuyos algunos aspectos de su talento sois responsable, mientras mi señor Júpiter del resto: el cerebro viaja mucho más rápido que el corazón, pero jamás llega tan lejos.”
Post Scriptum. Nótese que aquí hemos expresado las características más elevadas de un signo (Sagitario), mientras las menos elevadas de otro (Géminis), entre otras comunes a ambos. En cualquier caso, el mismo método puede ser empleado a los fines de invertir los papeles e ilustrar las mejores expresiones de Géminis y las peores de Sagitario. Véase el esquema que hemos diseñado debajo para reconocer las diferentes expresiones de cada signo. Mantente en sintonía para más explicaciones de esta índole sobre los signos zodiacales, que, recuerda, no representan a nadie en particular, necesariamente, pues ninguna astrografía es reducible al signo solar (cualquier reseña zodiacal debe pretender, solamente, explicar la idiosincrasia del signo, no de una persona o población de personas).