¿Conoces la progresión natural de la carta natal con base en un ritmo de siete años de vida por casa? Con base en ello, Cristoff logró hacer decenas de avisos y predicciones.
Introducción
El análisis derivado es el análisis que deriva o se desprende de una casa cualquiera de la astrografía con el fin de establecer una nueva carta simbólica o imaginaria cuyo punto de partida lo constituye esa casa. Si pretendiéramos obtener, por ejemplo, la carta o mapa celeste simbólico o imaginario de la profesión u oficio, tomaremos la casa diez como la primera de nuestra vida profesional; la segunda de la diez (casa once), por su parte, como la casa del sueldo o los honorarios producto de la profesión u oficio; la casa tres de la diez, a su turno, como la casa de las comunicaciones que se producen en nuestra profesión u oficio; la novena, la de los viajes, si algunos, relacionados con dicho oficio; etcétera. Por otra parte, si quisiéramos auscultar la vida del primer hijo nacido, tomaríamos la casa quinta como la primera de dicho hijo o hija, sucesivamente, hasta completar el ciclo en la casa cuarta, que se convierte en la duodécima casa de dicho hijo.
El ejercicio comprobatorio
La mejor comprobación de la validez o utilidad del análisis derivado descansa en las regiones cuarta y décima de la astrografía, las que conocemos como las casas de la vida privada (hogar) y pública (profesión u oficio), respectivamente. Estas son, no obstante, también las casas donde “residen” o “habitan” papá y mamá[1], pues todo hijo es producto de una unión entre dos (Casas 1 y 7 desde el punto de vista del análisis derivado). Si bien es cierto que la casa cuarta ofrece información sobre el contexto doméstico o el hogar en general, cuando de individualizar a cada padre o madre se trata, es preciso separar o distinguir una casa de la otra, pues cada una funciona como la Casa 1 simbólica o imaginaria de cada progenitor[2].
En cada astrografía papá/mamá aparecerá en la región (cuarta o décima) que le corresponda según el rol que asume o desempeña en la vida de ese hijo en particular. Esta es la razón por la que, en las astrografías de dos o más hermanos, el padre puede aparecer en la casa décima de uno mientras que, en la de otro u otros, en la casa cuarta (no todos los hermanos presentarán a papá o a mamá en la misma casa)[3]. Si papá ejerce un rol afín a la temática natural de la casa cuarta (figura más cercana al afecto o el cuidado que a la autoridad o las estructuras), es probable que papá aparezca, entonces, en casa cuarta, no décima, en cuyo caso lo representa el planeta regente de la casa cuarta, no la décima (de la misma manera en que a un nativo cualquiera lo representa el planeta que rige su signo ascendiente), y viceversa, es decir: si dicho hijo sostuviera con mamá una relación afín a la temática natural de la casa décima (figura más cercana a la autoridad o a las estructuras que al afecto o el cuidado), es probable que mamá aparezca, entonces, en casa décima, no la cuarta, en cuyo caso la representa el planeta regente de la casa décima, no la cuarta.
El intérprete, pues, habrá de describir a ambos padres (tomando la casa cuarta/décima como la primera simbólica, sucesivamente, hasta completar el ciclo de las doce casas derivadas/simbólicas) con el fin de que el consultante le indique a cuál de los dos progenitores corresponde cada una de las dos descripciones ofrecidas. Solamente así podrá determinar quién aparece en dónde, y ofrecer la información o el mensaje que corresponda.
Ejemplo
En la astrografía de esta persona, nacida el 30 de marzo de 2014 a las 3:47 p.m. en Bogotá D.C., mamá resultó representada por el mismo planeta que representa al individuo, Mercurio (Géminis y Virgo, los dos signos naturales del cuerpo en cuestión, se ciernen sobre las regiones décima y primera de esta astrografía). Esto tiende a indicar que, al menos físicamente (a veces también personalmente), el nativo o la nativa, o su genética, se parece más a la de dicho progenitor que a la del otro (siempre y cuando el resto de la astrografía no lo desmienta). Así, pues, el astrólogo podría comenzar preguntándole al nativo o a la nativa a quién se parece más desde el punto de vista físico y/o personal: “¿A mamá o a papá?” Una vez el nativo responda “A mamá”, el astrólogo sabrá que Júpiter (R4) en Cáncer (en Casa 8 desde la cuarta) representa al padre y que Mercurio (R10) en Piscis (en Casa 10 desde la cuarta) a la madre, o al contrario si el nativo respondiera: “A papá”.
El astrólogo podrá también preguntar, con el fin de confirmarlo, si papá y mamá sostienen una buena relación entre sí, independientemente de que permanezcan juntos o no, ya que Júpiter y Mercurio sostienen un trígono natural (ambos planetas se hallan emplazados en signos de agua, lo que declara compatibilidad, si bien solamente el primero, Júpiter, se haya en dignidad, Cáncer, su signo de exaltación, mientras el segundo, Mercurio, en debilidad, Piscis, el signo de su caída).
Una vez el profesional haya establecido que papá es Júpiter y mamá Mercurio podrá comenzar a leer el resto de la astrografía o mapa natal imaginario de uno de los dos con el fin de ofrecer más información sobre cualquiera de ellos y su relación tanto con el nativo (hijo en común) como entre ellos. Según el ejemplo aquí proporcionado, la relación entre ambos padres aparece descrita como favorable o armónica y asimismo la del padre con su hijo. La relación de este último con su mamá, sin embargo, puede no resultar clara, ya que a mamá y al hijo los representa el mismo planeta, Mercurio. A los fines de distinguirlos es preciso solicitar, pues, la información de nacimiento de dicho progenitor (mamá, en este caso). No obstante, tiende a indicar que el nativo y dicho(a) progenitor(a) se mantienen físicamente cerca (en otras ocasiones o ejemplos podría reflejar sobreprotección o apego, ya fuera por parte del hijo o por parte del o la progenitora).
Conclusión
A propósito de la lectura o interpretación astrográfica, debemos tomar en consideración dos cosas. Primero, que, como en todo análisis derivado, el intérprete deberá continuar derivando desde la Casa 4 (C1) hasta la 3 (C12) con el fin de hacerse una idea completa sobre uno de los progenitores, e igualmente desde la Casa 10 (C1) hasta la 9 (C12) con el fin de hacerse una idea completa con relación al otro progenitor (en la casa diez de la cuarta, por ejemplo, que es la primera natural, así como en la casa diez de la décima, que es la séptima natural, podrá el intérprete obtener información sobre la profesión u oficio del padre o la madre, según el caso, en especial si dichas casas hospedan a uno o más cuerpos celestes). Segundo, que la relación aspectual (si alguna) del planeta regente de cada una de estas dos casas (cuarta/décima) con el planeta regente de la primera casa del nativo ofrecerá información sobre la naturaleza de la relación del nativo con cada progenitor, porque, así como al nativo lo representa el planeta regente del signo naciente, asimismo a los padres los representará el planeta regente del signo que “asciende” sobre las casas antes referidas, cuarta (C1/C7) y décima (C1/C7). De hecho, esta es la manera en que individualizamos o identificamos a los actores o protagonistas en una astrografía, independientemente de que se trate de un análisis derivado o de uno natural (no derivado)[4].
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[1] Que una casa pueda significar o representar diferentes cosas o personajes simultáneamente constituye una consecuencia o manifestación de lo que en física se conoce como «superposición cuántica». Sucede cuando un mismo sistema u objeto posee, simultáneamente, dos o más valores de una cantidad observable (v. gr. posición o energía de una partícula). Un electrón, por ejemplo, existe en todos sus posibles estados o propiedades simultáneamente (al igual que una determinada región astrográfica representa diferentes asuntos simultáneamente según un análisis derivado o natural). Solamente cuando lo observamos y medimos (cuando vemos o leemos la astrografía) ofrece un resultado específico que corresponde a solamente una de las posibles expresiones.
[2] Simbólica, repetimos, pues no es la astrografía de papá ni de mamá, sino de la persona producto de la unión entre ambos. Las Casas 4 y 10 son, desde el punto de vista derivado, nada menos que Casas 1 y 7, pues todo hijo procede de una unión entre dos seres humanos, unión o relación que, sabemos, la representa dicho eje. No obstante, el análisis derivado, aunque válido y también revelador, alcanza un punto en el cual se agota, a estrecha semejanza de cuando una imagen pierde resolución si recortamos la fotografía. Volveremos sobre esto en otra publicación.
[3] Esto responde a la objeción del distinguido astrólogo estadounidense Robert Hand con relación al análisis derivado. Este sostiene que puede resultar relativo y trae a colación el ejemplo de los padres de dos o más hermanos. Véase la página 311 en Horoscope Symbols (1981. Whitford Press), del autor antes mencionado.
[4] Si el profesional no domina la interpretación, podrá “ver” el padre o la madre en cualquier casa. De hecho, podrá “ver” cualquier otro asunto en cualquier casa igualmente, y cualquier técnica predictiva resultarle válida o inválida, según el caso.