El Premio Nobel de Literatura portugués, José Saramago (1922-2010), no solo se molesta en mencionar a Venus en su Historia sobre el cerco de Lisboa (1989) sino también en traer a colación una característica casi exclusiva de uno de los signos naturales del planeta en mención cuando señala: “convocar a examen la relatividad que concilia todas las diferencias”, competencia dialéctica de Libra, signo regido por la afable Venus, la que menciona para establecer el punto de vista desde el cual se valoraría nada menos que una noción estética: “una cana”. Dice: “Pero una cosa es reconocer esto por el intelecto, convocar a examen la relatividad que concilia todas las diferencias, preguntarse, con desprendimiento estoico, qué es, desde el punto de vista de Venus, una cana en la Tierra, y otra cosa, terrible, enfrentarse con la telefonista […].”

Al decir “desde el punto de vista de Venus”, personifica el planeta, es decir, le atribuye la capacidad de juzgar un asunto como si se tratara de una persona. Así, emplea una alegoría propia de la astrología. ¿Es posible que Saramago, al igual que Fernando Pessoa, haya sido también astrólogo, o solamente le interesaba la disciplina?

Véase la página 245 de Historia sobre el cerco de Lisboa (2008). Ediciones Punto de Lectura.

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El sitio de Lisboa de 1384, representado en las Chroniques de Jean Froissart.